Pasábamos por aquí y nos dimos cuenta de que estamos vivos

TENÉIS QUE VENIR A VERLA
JONÁS TRUEBA, 2022.

Ver Tenéis que venir a verla es como cuando vas a dar un paseo al parque más romántico de tu ciudad un día que estás triste. Y mientras sentada en un banco te preguntas sobre el sentido de la vida y la existencia, observas lxs niñxs jugando con la arena, a los perros persiguiendo palomas que no se dejan atrapar y al brillo de las hojas de los chopos al soplo del aire, ajenos a toda esa maraña mental. Y en uno de esos momentos te observas a ti misma desde fuera y piensas, aquí sentada parezco la protagonista de una película existencialista que se siente perdida, de esas historias apenas con mucha trama donde los personajes miran al infinito y ven la vida pasar.

Tenéis que venir a verla es una película que se autocontempla, que tiene consciencia de sí misma. Y sus protagonistas, a la vez que personajes son también espectadores, (así es como se presentan, asistiendo a un concierto de Chano Domínguez en directo), de sus vidas, de sus historias, de los viajes, de su ir y venir interior y exterior en la vida.

Itxaso Arana, (para mí la protagonista y más cautivadora) es esa chica triste del paseo del parque, que continúa con esa mirada grave -al mismo tiempo fascinante e insoportable- que se te pone si te obsesionas con la existencia, también fuera del parque. Es la chica que se apoya mirando a la nada y pensando en todo en la ventana del tren de cercanías, es la misma que en mitad de un paseo por el campo tiene que parar a mear entre las espigas de trigo y mientras hace pis piensa que ojalá alguien la estuviera grabando, que ojalá alguien grabara ese paseo, que ojalá alguien hubiera grabado la visita a sus amigos con sus conversaciones intelectuales en la sobremesa y en definitiva, les filmara mientras se mueven en la vida.

En una especie de anhelo intuitivo y primario por comprender lo real, acaso saborearlo. En un querer saber y entender qué es vivir y ser humano. E Itxaso se ríe y ríe y no para de reír y tú dices esto es solo cine, no la vida, y es el cine y la vida y ni el cine ni la vida, y así un buen rato.

«A veces me acometen crisis de irrealidad»

Olvido García Valdés

Olvido García Valdés le pone palabras a eso que nunca has sabido cómo explicar con palabras, “lo real: los seres, el mundo. Lo real: no otra cosa que el conocimiento de lo real”. Ella misma recita sus versos en varias ocasiones, y más que entrar por el oído parecen lanzados al pecho, y una puede sentir volviendo a casa del cine que Olvido sigue susurrándote suave detrás de la nuca, “lo real, nada más que lo real, lo real, nada más que lo real”.

Tenéis que venir a verla cuenta que en la vida, más allá del frenesí al que estamos habituadas y acostumbradas, puede ser y es también un sencillo ir y venir de las cosas. Unas copas de vinos con amigos, un concierto en acústico, una excursión a la periferia, una comida agradable, un paseo por la tarde.

La película repite las interpretaciones de Arana, Francisco Carril y Vito Sanz en La virgen de Agosto e incorpora a Irene Escolar. Film con el que guarda una mirada similar, si bien Tenéis que venir a verla posee de menor contenido dramático.  En algunas entrevistas Jonás ha reconocido que la película se trataba de, como algunos llaman, un work in progress, donde la el guion se va construyendo según se rueda y lxs intérpretes tienen cancha para jugar e improvisar. El resultado es fresco en las escenas pero el film completo se queda en lo que es, una de esas películas que apenas tienen historia.

Tenéis que venir a verla se parece también a la sensación de volver a casa paseando a solas o con un amante por un Madrid que duerme después de haber visto buen teatro o buen cine.

Te gustará si cuando ves a tus amigos tomar un café y charlar y jugar a las cartas y leer un libro en la playa les ves (os ves) desde fuera y solo piensas en grabarles y les imaginas (os imaginas) moviéndoos en distintos escenarios, pensándoos en vuestra insignificancia. Si eres así, posiblemente se te quede corta.


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